La adopción de una Política Nacional de Deporte en El Salvador, no solo correspondería al Instituto Nacional de los Deportes (INDES), sino crearía todo el basamento legal para que las diferentes instituciones del Estado, asuman el rol que les corresponda en el desarrollo de esta actividad tan importante para nuestra sociedad.
Asimismo, crearía diversos incentivos para que la empresa privada participe y se favorezca de este desarrollo, el cual ahora es un valioso aporte para generar riqueza en la economía de las naciones, no solo por las ganancias que produce en todos sectores comerciales, sino por el beneficio social en salud, educación, recreación y bienestar que ofrece a las clases más vulnerables de nuestros pueblos.
Es muy complicado pedir al gobierno en este momento, el estudio de políticas deportivas, cuando nuestro querido país enfrenta una crisis tan grande en áreas esenciales para la subsistencia humana, como la seguridad pública, la alimentación, la vivienda y la educación, cuya problemática se ha multiplicado hoy al mil por ciento, por el desempleo que provoca hambre y extrema pobreza.
El problema político no lo incluyo en esta crisis, porque ese fantasma de odio, incomprensión e insensibilidad siempre se ha tenido allí en esos sectores políticos o partidarios, a lo cual ya nos hemos acostumbrado, situación que nuestra ciudadanía ve con toda normalidad, pero que también es muy peligroso para la institucionalidad y democracia con que sueña este sufrido pueblo.
Pero la historia demuestra que en tiempos de crisis, es cuando actúa mayormente la fe y la esperanza de las personas y mueve la voluntad de Dios, para ayudarnos a conseguir objetivos que en épocas de bonanza nunca creímos necesitar, como este de crear una Política Nacional de Deporte, la cual aliviará la pesada carga de miseria y abandono que la sociedad ha impuesto a los sectores más vulnerables del país y que son los niños, los jóvenes y las mujeres.
Créanme señores políticos, cuando les digo que no es una locura hablar de deporte en medio de la guerra, porque este conflicto tendrán que solucionarlo tarde o temprano los adultos que lo han creado, unos directamente y otros por su apatía o comodidad para no pronunciarse a tiempo ante tanta injusticia que se ha venido acumulando por décadas, pero los niños y jóvenes que están sufriendo, necesitan ya una respuesta inmediata y urgente.
Por eso quedé realmente impresionado con la exposición que Jaime “La Chelona” Rodríguez, Presidente del INDES, hizo recientemente en las Naciones Unidades, durante el “Segundo Foro Mundial de Deporte Para el Desarrollo y la Paz”, que se celebró en Ginebra, Suiza.
La ONU está poniendo de ejemplo como muchos de los programas que se lanzaron para alcanzar los retos del milenio, están siendo fortalecidos con proyectos de desarrollo deportivo, especialmente con dichos retos que tienen que ver con el hambre, la pobreza, la mujer, la inclusión social y la solidaridad entre naciones ricas y pobres.
En este sentido, Jaime Rodríguez, habló ante esa conferencia mundial, con la presencia del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, de proyectos deportivos que lleven bienestar y felicidad a las comunidades más lejanas de nuestro país y donde esta actividad se convierta en parte de la vida de diaria de todos los salvadoreños, lo cual consecuentemente traerá desarrollo social y económico para nuestra población. Grandes personajes mundiales aplaudieron esa exposición.
El rol de las instituciones de gobierno en el deporte debería ser contemplado dentro de una política nacional, de la cual el gobierno central ya tiene un anteproyecto, pero normado específicamente por una ley que establezca responsabilidades a cada institución del Estado, incluyendo a las municipalidades.
Por ejemplo, el Ministerio de Salud, tendría que orientar programas exclusivos hacia el deporte, donde estructuras organizadas como ligas o federaciones tengan acceso directo a planes básicos de salud, pero con un archivo médico específico para el deporte, el cual permita dar seguimiento al desarrollo físico y de salud de los niños y jóvenes deportistas.
Como el tema está de moda, a lo mejor habría algún recursos de inconstitucionalidad porque “no se le está dando el mismo trato a todos los niños”, ya que habrían archivos y expedientes exclusivos para “niños deportistas”, pero en todos los países desarrollados del mundo, los jóvenes que practican actividades que los puedan convertir en talentos, son estimulados por sus gobiernos y sectores empresariales, ya no digamos en países pobres como el nuestro, donde la salud, la educación y el desarrollo deportivo debe financiarlo el Estado.
El Ministerio de Educación es básico en el tema deportivo, aunque éste si ya se tiene asignadas las funciones deportivas que les competen.
El Ministerio de Agricultura, tiene que ver con el deporte por cuestiones nutricionales. Por ejemplo, podrían crear un proyecto de siembra de espinacas, mora, verduras y alimentos de bajo costo, orientados a programas deportivos en barrios y cantones. ¡Claro que pueden!
En los aspectos de canchas y seguridad, pueden aportar mucho el Ministerio de Defensa, Obras Públicas, Hacienda, la PNC y la Secretaría de Inclusión Social (CNSP).
En el tema de la vivienda, el Fondo Social para la Vivienda, que apenas en 24 meses de gestión ha sobrepasado metas de los últimos años, que han favorecido a personas de escasos recursos para obtener una casa digna, puede asumir nuevas estrategias recreativas y deportivas dentro de esa Política Nacional de Deporte, actualmente en estudio.
Pero en este tema, haremos un análisis aparte muy especial, porque también es muy especial la persona del Lic. Tomás Chévez, presidente del FSV, con una visión espiritual completamente diferente dentro de este mundo político, con quien trataremos de asociar, además del tema de la vivienda, el desarrollo moral y espiritual de las personas dentro de objetivos tan nobles como el deporte y la recreación.
¿Podrían las empresas constructoras incluir en los nuevos proyectos habitacionales una visión diferente de desarrollo deportivo? Yo pienso que sí.
El desarrollo integral de los pueblos, no solo depende de alcanzar riqueza o de los planes económicos exitosos de los gobierno, sino que está íntimamente ligado a la consecución de estados de paz, alegría y felicidad de las personas, como lo dijo recientemente el PNUD.
Por eso el tema de la vivienda, la alimentación, la educación, el deporte, la recreación, la cultura, la salud, el empleo y la espiritualidad, son parte esencial de la “cadena de vida” que necesita el pueblo para vivir feliz, por lo que estas áreas deben de integrarse, para que sean parte de toda una “Política de Vida” de los salvadoreños.
Y ese es el anhelo que yo he comprendido de nuestro Presidente, Mauricio Funes.
luisrios2077@hotmail.com
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