jueves, 29 de septiembre de 2011

Metapán explicó en la práctica, lo que los entrenadores denuncian en la teoría.


Esta vez fue Metapán, el cuadro que localmente está mejor armado en el fútbol nacional, a quien correspondió la “mala suerte” de evidenciar el pobre nivel competitivo del fútbol nacional, ya cuando nos enfrentamos ante las verdaderas potencias del área de CONCACAF.

   No se trata de humillar a un equipo como Metapán, que en El Salvador trata de hacer mejor las cosas, por ese abultado marcador de 6 a 0 ante el Santos de México, porque exactamente lo mismo hubiera ocurrido con Alianza, FAS, Águila o Firpo e incluso quizá hasta con la misma Selección.

   Se trata de analizar en todo su contexto, como esos países accionan después de cada derrota o crisis, la estructura de sus equipos y ligas, los programas de entrenamiento, la capacitación de sus entrenadores y la filosofía (mentalidad) de los dirigentes de esos países como México, Costa Rica, Estados Unidos u Honduras, porque, aunque pareciera ser que el perfil de esos dirigentes no tiene mayor diferencia con la formación de los nuestros, el rumbo futbolístico de esas naciones es diametralmente opuesto al salvadoreño.

   Por ejemplo, hace 15 años el “Chelato” Ucles, ex seleccionador hondureño, venía al país a compartir nuestras capacitaciones y traía a alumnos “catrachos” a los cursos de la Asociación de Entrenadores de Fútbol  (AEFES), porque en Honduras no había ninguna entidad que capacitara a sus técnicos.
   Aquí se tituló el “Primitivo” Madariaga, Gilberto Gerónimo Yerwood, Julio César Arzú y otros tantos, como guatemaltecos, nicaragüenses, incluyendo a la mayoría de entrenadores extranjeros que residen o dirigen en este país.

   El caso es que los técnicos hondureños se llevaron estas capacitaciones y crearon su propia estructura, para formar ellos mismos –con el apoyo de la FENAHFUT-- a sus entrenadores, donde inteligentemente se preocuparon por especializar una rama de técnicos de fútbol exclusivamente para el fútbol menor, lo cual ya estaba contemplado en los programas de AEFES.

   Con motivo de la realización de la Copa COINFES, el año pasado, busqué la oportunidad de reunirme con un grupo de profesores de fútbol que venían con las canteras del Olimpia de Honduras y después de un ameno intercambio de conocimientos pude darme cuenta, cuanto ha avanzado Honduras en la comprensión de estos procesos formativos que debe tener el fútbol para llegar al alto rendimiento. Por eso, ellos están produciendo futbolista con nivel de exportación y por eso ellos, ya en conjunto, tienen un mejor nivel competitivo que el nuestro.

   En El Salvador ocurrió todo lo contrario. Después de más de 40 años de existencia, AEFES ha sido llevada a su mínima expresión, no solo por el desfase y comodidad de sus últimos directivos, sino también porque la FESFUT no ha querido correr sola en este enorme retroceso del balompié nacional, negándolo el pleno reconocimiento para que esta entidad pueda crecer, lo mismo que ha hecho con los ex –jugadores, los árbitros y hasta con sus mismos dirigentes, a quienes no se preocupa por capacitar.

   A la Federación de Fútbol no le interesa la capacitación de los entrenadores nacionales. A los “flamantes” dirigentes del fútbol profesional les da igual que sus entrenadores tengan o no, el aval para trabajar en fútbol, si lo que les importa son los resultados domingueros, los costos menores de estos técnicos o las maniobras que pueden hacer con ellos, aunque un día de estos vimos con sorpresa como el “Toto” Gamarra se les salió de la tangente.

   Hace 15 años AEFES previó esta situación de crisis del fútbol nacional, porque varios entrenadores estábamos asistiendo periódicamente a cursos en el Centro de Capacitación del Fútbol de México (CECAP), gracias a uno de los técnicos más prestigiosos del fútbol azteca como el Raúl “el Güero” Cárdenas.

   En esa época (1995) los cursos de AEFES tuvieron sus primeros grandes cambios al elaborar nuevos programas de formación de entrenadores, donde se incluía esa especialización en el área formativa, lo cual tuvo su momento más esperanzador, en el 2005, cuando la administración federativa de Beto Torres, aprobó el decreto de creación de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol de El Salvador (ENEFES).

   Pero en el 2006 vino ese enorme retroceso, cuando la recién llegada FESFUT eliminó el acuerdo de creación de la ENEFES y todavía se “dieron el lujo” de decir que eso no era responsabilidad federativa.

   Todavía guardo la nota de respuesta que me dio la FESFUT, firmada lamentablemente por Ramón Fagoaga, un ex mundialista de España 82, cuando solicite audiencia para informarlos del “porque de una ENEFES”. Como realmente no podían explicar nada, porque no entendían nada de eso, se limitaron a responderme “no procede su petición”.

   De eso estoy hablando cuando digo que la filosofía de los dirigentes de esas naciones que son potencia en CONCACAF, son diametralmente opuestas a las nuestras.
   Si no es cuestión de raza, ni de número de habitantes, ni exclusivamente de dinero ¿porque entonces El Salvador no se desarrolla futbolísticamente, siendo este deporte “el pan nuestro de cada día” y la única nación en todo el mundo que recibe un aporte gubernamental para este propósito?

   Primero, porque nadie quiere enfrentar los costos que podría tener el cambiar todo el sistema administrativo, operativo, legal y técnico del fútbol nacional. Lo más fácil entonces es acomodarse a lo que se tiene, aunque realmente no se tenga nada.

   La gran mayoría de la prensa deportiva, entrenadores y dirigentes, es arrastrada por la corriente de publicidad y conmoción que generan los llamados “grandes medios”, que tienen intereses comerciales dentro del fútbol, por lo que distraen la atención de la gente con las selecciones nacionales o el fútbol internacional.
   Los pocos periodistas, dirigentes o entrenadores, que tratan de profundizar en esta temática son vilipendiados o apartados en todo ese entorno federativo-político o simplemente se ahogan en la vorágine de publicidad comercial que se genera cuando se le gana a Islas Caimán, a la República Dominicana o Panamá, lo cual es muy bueno para nuestros deportistas, pero no para el deporte en general, porque esto evita que se profundice en la verdadera problemática del fútbol en El Salvador.

   Todos conocen esta problemática pero a muy pocos les interesa solucionarla. Quien habla de esos programas de formación de entrenadores, de una nueva enseñanza-aprendizaje del fútbol menor, de centros de desarrollo del fútbol, de programas nacionales de selección de talentos y de la capacitación de dirigentes de fútbol? Casi nadie, porque eso no genera ninguna publicidad o ganancia personal o comercial.    ¿Por qué de estos “grandes medios”, (con muy raras excepciones), no se preocupan por investigar que ha sucedido en las Asociaciones Departamentales con el fútbol menor. O que ha pasado con los programas de capacitación de AEFES?. Alguien se ha preguntado  ¿porque “se tiro a la basura” el decreto de creación de la ENFES o sobre quiénes son los responsables del fracaso del Plan Nacional de Desarrollo del Fútbol, que inició Beto Torres en el 2002 o que se ha ganado con los 15 millones de dólares del Presupuesto de la Nación que se han gastado en el fútbol desde el 2003?
Luis Ríos.


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