jueves, 19 de abril de 2012

Dirigentes con más de 20 años tienen que salir de federaciones.


Por Luis Ríos.
No todo está perdido en el mundo del deporte cuscatleco. Muchas personas, incluyendo estudiosos de la educación física e intelectuales de diversas profesiones, ven en nuestros comentarios y crítica especializada, “aportes valiosos, señalamientos muy importantes, propuestas basadas en métodos científicos y experiencias reales del deporte mundial”, según nos han dicho varios profesionales preocupados por el atraso de esta actividad en el país.

Por eso creemos que hay esperanzas para el deporte nacional. Algún día, este tipo de personas desplazaran a la actual “todopoderosa” argolla que domina la dirigencia deportiva en El Salvador, siempre y cuando se decidan a luchar para sacar a estos personajes que componen este sistema anacrónico y de corrupción que impera en la mayoría de federaciones deportivas, en las cuales hay elementos que ya tienen más de 20 años de estar aferrados a esos puestos, porque el no hacer nada, también es corrupción.

Uno de estos profesionales que nos escriben es el Dr. Rafael Cárcamo, que labora en una policlínica de Santa Tecla, amante de la medicina deportiva. Me dice que no se explica porque la dirigencia hace caso omiso a cuanta propuesta técnica se les hace para intentar cambiar la historia deportiva en este país.

“Yo creo que cuando ustedes hablan de sistematización y de procesos, no se están refiriendo exclusivamente a recursos económicos”, afirma este profesional de la medicina, “porque lo que yo entiendo, es que esto se refiere a planificación, a una mejor utilización de los recursos humanos y financieros, a mayores niveles de capacitación y a tener paciencia para esperar el fruto de esa inversión”, agrega el Dr. Cárcamo.

Quiero utilizar los comentarios del Dr. Cárcamo, porque considero que como buen médico ha puesto el “dedo en la llaga” y nos ha hecho un diagnóstico muy breve, práctico y real de lo que ocurre en el deporte nacional.

Como ya lo he analizado en otras ocasiones, tenemos entonces un problema deportivo mucho más complejo de resolver, porque esta crisis es más cultural, educativa y de formación deportiva, que económica o política, como muchas veces nosotros hemos planteado erróneamente.

El Lic. Raúl Valladares, pedagogo que trabaja en el sistema educativo nacional y presidente de la Asociación Departamental de Fútbol de La Libertad, tiene varios años de estar investigando la problemática del balompié desde la perspectiva dirigencial.

Valladares cree que además de “visión deportiva”, que obviamente la da la experiencia y la capacitación, urge que se encuentren dirigentes con alto grado de moralidad y sanidad. En cuanto a la capacidad básica que se debe tener, dice que “con solo que se entendiera como se da una sistematización en la formación académica, con ello también se comprendería lo que es un proceso deportivo”, señala este dirigente quien ahora está dispuesto a llegar limpiamente al directorio de la Federación.

Valladares sabe perfectamente que la dirigencia deportiva se ha desprestigiado por esos “personajes” sin moral, que adrede se dejan filtrar, para que hagan el trabajo sucio de los “señoritos de cuello blanco”, que no quieren mancharse las manos. El problema es que después, estos flamantes funcionarios tienen que pagar por los “favores” recibidos y aguantar junto a ellos a estos “comerciantes”, incluso dentro de sus mismas juntas directivas, tal como ocurre en la política nacional.

No obstante a esto, yo creo que ahora Valladares si está dispuesto a llegar “sin compromisos” con nadie a la FESFUT, porque esa es la única forma de poder cambiar las cosas en el fútbol.

Nuestro medio deportivo no es dado a las planificaciones a largo plazo, ni mucho menos a las capacitaciones que tengan que ver con más de 3 días de duración.

A los mismos entrenadores no les gusta cursar verdaderas carreras técnicas que tengan que ver con largos procesos pedagógicos. Entonces, como vamos a pretender que los dirigentes se capaciten, si para ellos es un insulto que se les diga que necesitan actualizar sus conocimientos.

Algunos entrenadores y dirigentes deportivos se han preocupado por su capacitación. El problema es que lastimosamente son “contados con los dedos de las manos”. Pero al final, ellos harán la diferencia, junto a estos nuevos profesionales que se sumarán en esta lucha de cambios que tanto sigue esperando esta sufrida Nación.

Estas personas más capacitadas no tienen peso frente a la gran mayoría, que han visto en el deporte una forma fácil de hacer imagen, de viajar al extranjero como grandes personajes y de satisfacer otras ambiciones personales, como la que denunciamos en la Federación de Natación, donde su presidente sacó de las piscinas del polideportivo de Ciudad Merliot a los niños del Centro Escolar La Sabana, porque ya no le compraron los uniformes a su empresa, lo cual a nadie le importa, porque es algo normal en el medio deportivo de este país.

El problema deportivo en El Salvador es cultural y educativo, porque el dirigente y el entrenador no tienen como norma la planificación a largo plazo, ya que esto choca con su formación cortoplacista, que le demanda que tiene que ser él, quien durante su administración, reciba los aplausos, los reconocimientos y las entrevistas.

El mundialista de España 82, Carlos “Imacasa” Recinos, quien ahora es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Entrenadores de Fútbol (AEFES), me decía sobre este tema, que nuestro problema es educativo y cultural, porque existe en el medio una reticencia de la mayoría de técnicos a cumplir con  verdaderos procesos de capacitación.

Me explicaba Recinos, hablando en el caso particular del fútbol, “que los jugadores creen que por el hecho de haber estado en la ligas profesionales del país o del extranjero, ya tienen la capacidad para ser entrenadores o profesores de fútbol, lo cual es una total equivocación, porque esa experiencia apenas es un mínimo porcentaje de todos los conocimientos que se requieren para ser un verdadero técnico de fútbol, que conozca de alto rendimiento, pero básicamente sobre la pedagogía del fútbol”.

Varios mundialistas de México 70 y España 82, han cometido ese error y no le dieron importancia a la imperiosa necesidad que se tiene en el deporte de tener una capacitación constantemente después de haber concluido la carrera de futbolista, por lo que han hecho los cursos únicamente como obligación, según reconoció Recinos, quien ha tenido largos procesos de estudio en nuestro país y el extranjero.

Como entrenador y periodista, yo siempre he sostenido la misma tesis que Recinos, lo cual no ha permito que la valiosa experiencia ganada en la cancha, tenga mejores beneficios para el fútbol nacional y para los mismos ex jugadores, ya sea como entrenadores, locutores o dirigentes deportivos.

Esto también abona en la explicación al Dr. Cárcamo, del porque los dirigentes deportivos no atienden las propuestas o sugerencias de los técnicos para mejorar el deporte nacional, ya que por lo general ellos creen que el perfil académico de estos entrenadores es muy bajo y por eso la palabra del “técnico extranjero tiene mayor peso”, lo cual también tiene que ver con lo cultural, porque ese “malinchismo” en el deporte no siempre tiene razón de ser.

No vamos a desestimar el hecho de que los profesionales formados en “verdaderas universidades” del exterior tengan más capacidad que los nuestros, lo cual también a veces se evidencia en el deporte, porque no es lo mismo graduarse, por ejemplo, de la Escuela de Entrenadores de Fútbol de la Real Federación Española de Fútbol, cuyo pensum curricular tiene una duración de 3 años para alcanzar el primer nivel de entrenador,  que con los cursos de entrenadores de fútbol de 150 horas de nuestra Asociación.

Queremos recordar que en el año de 2005, en la administración de Beto Torres, la FESFUT ya había aprobado la creación de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol, cuyos programas se habían adaptado de esa escuela española, pero cuando en el 2006 reclame por la continuidad de ese proyecto, tuve como respuesta de la directiva de Rodrigo Calvo, a través del mundialista de España 82, Ramón Fagoaga, un rotundo “No procede”.  Es la carta más corta que he recibido en mi vida, pero tomando en cuenta su procedencia, ha sido la más comprensible, explicativa y concluyente de lo que ha venido sucediendo en el medio futbolístico de este país.


miércoles, 4 de abril de 2012

Señores de la FESFUT, la Sub-23 los ha obligado a reflexionar



Por Luis Ríos
 Carlos Méndez Cabezas, Presidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), dijo la semana pasada que “apreciaba la crítica constructiva”, lo cual es justamente lo que distingue a un buen dirigente, pero además, tendría que salirse de ese “círculo vicioso” que lo tiene atrapado en esa federación y escuchar otras opiniones técnicas, si está buscando la reelección en uno de los cargos más difíciles de la vida pública de El Salvador.
   La eliminación de nuestra selección sub-23 nos ha dolido a todos profundamente, porque sinceramente yo no creo que alguien se alegre de la derrota de nuestros muchachos, solo porque “le desee un mal a esa federación”.


   Sin embargo, como entrenadores, sabíamos perfectamente que no éramos favoritos de un torneo donde había equipos con mejores procesos que el nuestro. Quizá muchos esperaban menos de este grupo, pero para sorpresa de todos, gracias a Dios, cayeron con la frente muy en alto.
   Yo le pido a Méndez Cabezas, que analice a fondo como es que se ha logrado formar este grupo de jóvenes talentos, que si bien es cierto nada tiene que ver con ningún proceso de Rubén Israel, Carlos de los Cobos, “Tuco” Alfaro o de cualquier otro técnico, tampoco es producto de una “generación espontánea”.


   Si el actual presidente de la FESFUT, desea buscar su reelección, es importante que haga este tipo de evaluaciones y que revise como en los años 2002, 2003 y 2004, se descubrieron a varios de estos jóvenes en las selecciones departamentales sub-13 y sub-15, que se formaron dentro del Plan Nacional de Desarrollo del Fútbol, que fue desechado en el inicio de Rodrigo Calvo en el 2006.
   En su momento, denuncie las graves consecuencias que esto traería, porque fui parte del inicio de este frágil proceso en el año 2002 e incluso tuve en “mis manos” a varias de estas promesas del fútbol, por lo cual estaba plenamente seguro que se había truncado la endeble formación que apenas habíamos comenzado.


    Por un lado, el grupo que había iniciado a los 15 años --aunque ya un poco tarde-- quedó reducido en el 2006 a un equipo sub-17, que trabajaba esporádicamente y fue eliminado bajo la dirección técnica de Norberto “El Pájaro” Huezo, a pesar de tener el mejor equipo de ese certamen eliminatorio tal como lo reconocieron los técnicos rivales, mientras los otros grupos de talentos que tendrían que haber venido en los años sucesivos detrás de ellos, como la sub-13, ya no aparecieron porque las posteriores selecciones se integraron haciendo “recogida de jugadores” o prestándole talentos a FESA.
   En esta selección que ahora es sub-23, se incorporaron jugadores formados por FESA, o sea que, si tenemos deportistas de un “proceso fallido” que se inició en la FESFUT en el 2002 y se “tiro a la basura” en el 2006 y si agregamos a este grupo, a los muchachos que han sido formados en FESA, puedo asegurar entonces, que esta selección sub-23, que será la base para las eliminatorias mundialistas del 2014 y 2018, no es simplemente el producto de una “generación espontánea”.


   Desde su descubrimiento, estos jóvenes fueron al menos orientados para llegar al “alto rendimiento” por la FESFUT, en ese Plan Nacional de Desarrollo (lo cual puedo demostrar con la planificación técnica elaborada en esos años, donde los tengo con nombre y apellido) o por FESA, que con su excelente trabajo ya está aportando talentos para el fútbol nacional.
    Señor Méndez Cabezas, entonces yo le pido que comprenda que si con un “medio proceso” hemos sido capaces de conformar un grupo muy talentoso y con un gran futuro, como este que acaba de ser eliminado por Honduras, más por cansancio que por buen fútbol ¿que podríamos esperar dentro de unos 10 años, si retomamos con mucha responsabilidad un nuevo proceso formativo?
   Pero además, se tendría que reiniciar con el proyecto de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol, porque no se puede elevar el nivel competitivo de nuestro fútbol, ni desarrollar ningún Plan Nacional de Desarrollo, sino capacitamos un buen contingente de profesores especializados en las áreas pedagógicas del fútbol.


   Necesitamos formar estos “profesores de fútbol” y a verdaderos directores técnicos para el balompié profesional y selecciones nacionales, con un perfil altamente profesional, que eleve el prestigio y la imagen del deporte más popular de El Salvador, para que no tengamos que gastar tanto dinero en entrenadores extranjeros.


   Y no me refiero al manejo táctico de los equipos o al tipo de entrenamiento que hacen en el fútbol profesional o de selecciones nacionales, sino de manera general, a integrar a nuestros entrenadores, para que sean los bastiones principales de una verdadera profesionalización del balompié en todos sus componentes científicos, como lo demanda ahora el fútbol moderno.
   Esto no quiere decir que la visión táctica de un entrenador no tenga importancia, si al fin de cuentas eso es lo que muchas veces decide un partido o en este caso una eliminatoria olímpica, porque está plenamente demostrado que para poder tener “lectura de juego” y hacer los cambios y variantes en el momento preciso, no solo se necesita haber jugado “profesionalmente” o en mundiales de fútbol,  sino también se requiere de olfato, valentía, personalidad y carácter, lo cual da el estudio, la experiencia, la cultura general y el conocimiento de la táctica y estrategia del fútbol internacional.  Algunos aficionados o periodistas llaman a esto “un buen cambio”, suerte, fortuna, jugadas circunstanciales, etc., etc.
   Por ejemplo, en el partido del sábado contra Honduras, yo les dije a los profesores que están estudiando para entrenadores en el departamento de La Libertad (y ahora después del juego todavía es más fácil decirlo), que si los catrachos ya habían perdido por completo la media cancha en el segundo tiempo, el entrenador cuscatleco debía reaccionar cuanto antes y en lugar de seguir enfrentando la “fuerza con la fuerza” -con lo cual lógicamente saldríamos perdiendo-, por más contenciones que tuviéramos en el terreno de juego como Diego Chavarría-Richard Menjivar o Darwin Cerén, tenía que intentar cambiar el juego con destreza, habilidad e inteligencia, como en su mejor expresión lo hace el Barcelona en el fútbol mundial.


   En esas circunstancias, el técnico debió buscar en ese preciso momento la definición del juego --antes que los catrachos retomaran nuevas fuerzas-- metiendo a dos de los mejores volantes creativos que tiene el fútbol nacional y que estaban en la banca (Herbert Sosa y Edwin Sánchez), para que, sin dejar de buscar siempre la posesión de la pelota, esto se hiciera con mejores opciones técnicas de llegada, en base a la dinámica y movilidad de esos talentosos volantes, porque con ello tendríamos más claridad ante la portería rival y mejores opciones de gol, con lo cual se hubiera liquidado el partido, como repito, antes que los hondureños tuvieran posibilidades de reaccionar.
   A eso es lo que se llama “lectura del juego”, pero no después de los partidos como lastimosamente ahora lo estoy haciendo, sino en el instante preciso, porque en este caso, cuando se hicieron estas variantes tácticas, faltando unos 10 minutos, ya fue demasiado tarde.


   Sr. Méndez Cabezas, es importante que tomemos experiencia de esta selección sub-23 y con el poco dinero que se tenga, por favor, cambiemos las prioridades de la Federación de Fútbol.
   Definitivamente señor Méndez Cabezas, yo creo que fue un fracaso el nombramiento de los 3 representantes de esas asociaciones departamentales en el actual directorio, por lo cual, si desea una reelección, yo creo que su principal misión debe ser en este momento, buscar el apoyo de los mejores hombres de estas adfas, como por ejemplo Moisés Ramírez, de San Salvador o Raúl Valladares, de La Libertad, que desde hace tiempo se vienen capacitando para iniciar con un nuevo Plan Nacional de Desarrollo de Fútbol.


La nota original.