martes, 12 de julio de 2011

Para combatir la inseguridad en el país: El deporte es más efectivo que robocop.

Cuanta sabiduría hace falta en algunos sectores políticos y gubernamentales para enfrentar el problema de la inseguridad que se vive en el país, porque este no se va a solucionar simplemente con dotar a los policías de mejor armamento, al mejor estilo de de la serie de ciencia ficción “Robocop”.


Nadie en su sano juicio podría discutir que una policía mejor armada y con más salario tendría mayores opciones de efectividad en esta turbulenta ola delincuencial que tiene traumada a la mayoría de la población, pero lastimosamente en esas grandes discusiones políticas, sociales y económicas donde se discute el tema de la inseguridad, jamás se menciona directamente al deporte como elemento específico de prevención.

Todo mundo habla de que el problema de la inseguridad en el país tiene raíces muy profundas y complejas. También se entiende que esta crisis no se va a resolver de la noche a la mañana, pero lo que no se dice, que es porque el crearla y abonarla ha tardado décadas de injusticias.

Se mencionan diversos proyectos de prevención y varias instituciones destinan fondos para actividades infantiles, juveniles, de mujeres, de torneos de fútbol, etc., lo cual es puramente “activismo recreativo”, que algo sustentable y sostenible, como un programa sistemático de deporte a nivel nacional.

Por ejemplo, que tal si se incorporara la educación física y el deporte a las escuelas públicas y privadas durante todo el año. ¿Porque no se podrían integrar diversas instituciones para realizar programas de fútbol en zonas de alto riesgo, donde se ejecuten proyectos específicos de salud, trabajo (empleo), de educación, de la mujer y se desarrollarán pequeñas empresas donde tuvieran participación estos jóvenes y sus familias?

Ya fuera el colmo si un funcionario dijera por ejemplo “y que va estar haciendo el Ministerio de Salud en la organización de un torneo de fútbol”
Los analistas menos comprometidos y funcionarios de gobierno hablan del trabajo e inversión en planes preventivos que apoyen el desarrollo de los jóvenes. Esto se relaciona a crear fuentes de trabajo, de mejorar las condiciones laborales, de ampliar las oportunidades de vivienda, salud y educación, pero en estos círculos oficiales, nunca se menciona al deporte como una de las mejores opciones para evitar que más infantes se pasen al lado de los malos.

No se hacen estas valoraciones porque se tiene poco conocimiento de lo que realmente el deporte puede hacer en estos casos. No se tiene ni idea de lo que, por ejemplo, el fútbol o el baloncesto podrían revertir de esta situación de inseguridad en 5 ó 10 años de fuerte inversión, porque tampoco se sabe cómo se podrían elaborar estas progresiones o futurizaciones, sino se quiere profundizar en la ponencia del INDES al respecto.

Como es posible que no se puedan tener ejemplos de lo que hizo Brasil a través del deporte en favelas altamente conflictivas, donde la muerte era el “pan de cada día” o en países africanos que se apoyaron en el deporte para desarrollar amplios programas preventivos en zonas muy pobres o altamente peligrosas.

Lastimosamente en nuestro país, los sectores más influyentes de la de empresa privada y gubernamental, ni tan siquiera “pierden el tiempo” deteniéndose a pensar en estas hipótesis deportivas y más bien estos temas son para ellos, de nivel secundario o terciario.

Ante esta situación, el Instituto Nacional de los Deportes (INDES), está en franca desventaja ante otras dependencias que tienen mayor atención política, de sectores privados, gubernamentales y económicos, porque así como van las cosas, es más probable que se haga ministerio al vice ministerio de transporte, como se hizo con el de turismo y medio ambiente, (que aparte de la publicidad muy poco aportan a los sectores menos favorecidos del país), que el INDES reciba mayor presupuesto para dar deporte a cientos de miles de niños y jóvenes de todo el país, que se traduciría en salud, educación, alegría y felicidad.

Por esta situación, quizá por el momento, tampoco esta institución deportiva tenga respuesta a la Política Nacional del Deporte, que ha presentado al gobierno salvadoreño, a no ser que este sector oficial estudie y descubra que este rubro deportivo es más efectivo, a largo plazo, que otras acciones como esa de crear miles de “Robocop” y ponerlos en la calle.

Por eso yo creo que a lo mejor, en este momento, por más que hablemos del tema, no existen condiciones para que el gobierno cambie su visión hacia el deporte.

Primero, porque se cree que existen “problemas mucho más grandes que solucionar” y segundo porque en casi todo el entorno oficial no se respira un ambiente deportivo. No hay muchos lidererazgo que puedan incidir en los “verdadero s mandos de las cúpulas empresariales y gubernamentales” para ese cambio de dirección en el deporte.

Siempre que toco este tema me veo asediado de muchas dudas, pero al final, cuando reviso y releo mis investigaciones siempre concluyo con la hipótesis de que el deporte aportaría al menos la tercera parte para alcanzar muchos objetivos en el área de la prevención delincuencial.

Los aportes internacionales que en este campo hacen a menudo las Naciones Unidas, el Comité Olímpico o la Unión Europea, me alivian pensando que a lo mejor tenemos un poquito de razón. Más que todo cuando recibo respuestas de personas conocedoras del tema que viven en España, Suecia, Australia, Canadá o los Estados Unidos. De nuestro país, con excepción del INDES, es de donde menos comentarios, de apoyo o de crítica, recibo en estos temas.

Varias instituciones de gobierno y de la empresa privada, con las que he intentado hablar de deporte, quizá se pregunten porque no he llegado “a hablarles de algo más serio” y ni tan siquiera me han respondido a algo tan bello y tan noble como el “porque no introducen el deporte como una actividad sistemática de desarrollo humano dentro de sus instituciones y hacia afuera en el rubro con el que sirven a la comunidad”. Si no tienen esa visión o planificación, pues al menos en el sector gubernamental deberían inventarla.

El poder disuasivo de ver a cientos de elementos policiales y del ejército en las calles es muy grande, pero eso tampoco detendrá la delincuencia que seguirá atacando, porque no hay suficientes condiciones investigativas para esclarecer estos hechos.

Percibo que los esfuerzos gubernamentales para mejorar la seguridad en el país son nobles y exhaustivos, pero a lo mejor necesiten una revisión y reorientación. Por ejemplo, cómo es posible que un proyecto denominado “Pro Jóvenes”, sea el abanderado oficial para recibir millonarios aportes de la Unión Europea, para realizar actividades como por ejemplo torneos de fútbol o construir canchas, mientras el INDES no tiene ni para invertir en el deporte estudiantil.

Por Luis Ríos.

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