lunes, 4 de abril de 2011

Pdte. Funes podría aclarar la visión de Blatter sobre El Salvador

El fútbol tiene un gran impacto en el desarrollo de la niñez y la juventud salvadoreña, donde está involucrado al menos un 85% de este sector, lo cual representa más de 2 millones de habitantes, sin poner a los adultos mayores y menores.


Este es uno de los datos de un estudio que hicimos en el 2005, como tesis de graduación de la primera y única promoción de la carrera de “Entrenador Nacional de Fútbol”, que duró 3 años en la Universidad Nacional, con la cual se inauguró la fugaz Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol de El Salvador (ENEFES).

En ese estudio, se analiza además como la práctica diaria de este deporte, impacta en la salud y tiene un efecto tranquilizante en la mente de esta juventud, la cual desgraciadamente ha elevado sus instintos de agresividad, frustración y desencanto, lo que también afecta a un gran porcentaje de alumnos, quienes “andan muy cargados”, especialmente de las zonas más pobres de nuestro país.

La práctica del fútbol relaja y “desestreza” a los jóvenes candidatos a la violencia y los hace más sociables con sus maestros y compañeros. Se integran más fácilmente a grupos de trabajo, lo cual aumenta su rendimiento académico, según se pudo demostrar, en un ensayo de 8 meses que hice en el Instituto Nacional Damián Villacorta, de Santa Tecla, con un grupo de 25 jóvenes, con la colaboración del Lic Ignacio Cartagena, coordinador de deportes, quien por cierto ahora lamentablemente no tiene apoyo en esa institución ni tan siquiera para participar en los juegos estudiantiles.

Por eso me gusta repetir la frase de Inmanuelle Kant, cuando dijo que “El juego actúa en función purgativa de los instintos que pueden ser nocivos para el estado de la civilización”. En el juego, cualquier hombre puede dominar a otro, pero dentro de normas y límites preestablecidos y también intenta realizar algo mejor que los demás, lo cual calma una ansiedad. “Esa ansiedad que ahora apresa no solo a los adultos, sino también a nuestros niños y jóvenes”, como me dijo Jessica García, una joven sicóloga salvadoreña.

En un curso de la Real Federación Española de Fútbol, se aseguró que “el hombre es un organismo agresivo y debe aprender a frenar su agresividad. Mediante el juego controla y dirige dicha agresividad hacia unos objetivos”.

Esto nos da una idea de cuánto significa el deporte en naciones con grandes problemas de violencia como la nuestra, donde la juventud más que otra cosa, quiere educación y deporte (fútbol), o sea alegría, recreación y felicidad, lo cual no se obtiene solo con que un gobierno genere más riqueza, sino atendiendo temas específicos como el deporte, la espiritualidad, el civismo, la cultura y la recreación, tal como lo dice el último informe del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo PNUD.

El Presidente de la República, Mauricio Funes y el Secretario de la FIFA, Josep Blatter, se reunirán posiblemente la próxima semana, pero más que una visita de cortesía, esta puede ser una magnífica oportunidad para que el Mandatario cuscatleco diversifique su agenda e incorpore a su trabajo temáticas que puede ser muy importante en el desarrollo nacional, cuya discusión a lo mejor sea más reconfortante y saludable que el estar hablando de política, de pagar impuestos o de inversión empresarial, con grupos consultivos que nunca le aportarán mayor cosa, porque en lo único que ellos están pensando ahora que se acercan las elecciones, es en recuperar el poder y con ello los privilegios que estos sistemas económicos y fiscales les han favorecido históricamente.

El Presidente Funes lógicamente estaría acompañado del Presidente del Instituto Nacional de los Deportes (INDES), Jaime Rodríguez, por lo que de seguro presentará a Blatter una visión real del estado del fútbol en este país, pero desde la perspectiva oficial, donde lo que se busca es el desarrollo integral de nuestros niños y jóvenes a través de la práctica deportiva, en este caso el fútbol.

Otras estructuras del fútbol a lo mejor tratarán de documentar a Blatter sobre el manipuleo que otros organismos de la FIFA como la UNCAF, con el apoyo de CONCACAF, han venido haciendo en nuestro país, para quitar o poner gente idónea a sus intereses, pero eso es “harina de otro costal”, porque lo que compete al gobierno salvadoreño es informarle al máximo personero de la FIFA, que desde el año 2002, el país ha gastado alrededor de 15 millones de dólares en fútbol, con la mejor intención de ayudar a una actividad que seguramente es la más popular entre los salvadoreños, de lo cual se han aprovechado los dirigentes para contratar amigos y pagar los 300 mil dólares que cuesta un técnico extranjero, lo cual no aporta en nada al desarrollo del fútbol nacional.

Esta inversión gubernamental no ha tenido ningún resultado y por el contrario, desde el 2006, ha agravado aún más el franco retroceso que se venía observando en este deporte a partir de la década de los 80’, porque este dinero aumentó la avaricia y las componendas dentro de una Federación que no progresa, porque la mayoría de los que llegan, al nomás sentarse, cierran el círculo y no dejan entrar a nadie que les pueda causar problemas, mientras los que están afuera, se dedican a atacar y desestabilizar lo más que puedan, hasta que lleguen las próximas elecciones.
Esto más se parece a lo que está sucediendo en la política nacional, que lo que debería ser una actividad noble y decente como el deporte, donde la presencia de Dios debe estar implícita en toda reunión y competencia.

Pero a los 3 miembros del Comité Ejecutivo de la FESFUT que todavía piensan que se puede cambiar una situación tan difícil, yo les sigo diciendo que no pierdan la fe, porque si el Gobierno de Funes, pudo iniciar los cambios que estamos viendo en el transporte, que parecían tan imposibles, el mismo milagro puede darse también en el fútbol.

Pero existe otra posibilidad para invertir esos 1.7 millones de dólares anuales y es que el INDES desarrolle directamente el fútbol menor dentro de los juegos estudiantiles y el fútbol municipal, que por el momento quizá sea la mejor opción.

FIFA busca que los gobiernos apoyen el desarrollo del fútbol, pero en ningún momento propone que se eroguen fondos oficiales a sus Asociaciones, porque esto puede crear influencias políticas nocivas que enturbien esta noble actividad. Sin embargo, tampoco prohíbe que se pueda dar dinero a una federación, pero eso viniendo de un gobierno quiere decir fiscalización y supervisión, lo cual es legal, pero lo que no es lícito para FIFA, es que se llegue a la intervención (lo cual quiere evitar a toda costa), como cuando el gobierno anterior apoyó directamente la llegada de Rodrigo Calvo, a esta federación de fútbol, pero en este caso ni cuenta se dieron, por la tremenda “habilidad y astucia” con que manejan sus negocios estos dirigentes de UNCAF , protegidos por CONCACAF.


Luis Ríos

luisrios2077@hotmail.com
http://www.diariocolatino.com/

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