lunes, 11 de abril de 2011

Nuestro problema no es el fútbol profesional o de selecciones menores.

El contrato de trabajo del Sr. Rubén Israel, tiene que decir que supervisará también a las selecciones menores, a efecto de que este costoso proyecto de la selección mayor, que sobrepasa los 300 mil dólares anuales, pueda seguirse pagando con el dinero del Estado, si este gasto se justifica y convence a las autoridades deportivas del país, que es parte del “desarrollo del fútbol de El Salvador”.


Sea como fuere, deberá ser el Instituto Nacional de los Deportes (INDES), quien interprete de la mejor manera, por supuesto con base técnica y científica, esta erogación gubernamental (si es que se da). Pero lo que yo quisiera reiterar una vez más, es que el problema de nuestro fútbol, por el cual se tiene muy bajo nivel competitivo en selecciones y equipos en nuestra área, no se va a solucionar en las selecciones menores o en el fútbol profesional, porque allí prácticamente “todo está consumado”.

Creo que todos los salvadoreños amantes de este deporte, que confiamos en que Dios de alguna forma nos ayudará a encontrar algún día el camino que nos lleve a la superación de este deporte, que tanto aporta a una sociedad tan conflictiva como la nuestra, tenemos que orar y desearle éxito a don Rubén, en esta difícil y angustiosa misión.

Si este uruguayo triunfa, también ganamos todos los que hemos apostado a proyectos balompédicos para desarrollar a niños y jóvenes, donde a lo mejor están nuestros hijos y nietos.

Por eso es muy importante tener una selección mayor que sea ejemplo y transmita a las nuevas generaciones esos sentimientos que se han ido perdiendo, como el orgullo por nuestra nacionalidad, el amor a los colores patrios y esa vergüenza deportiva, de la cual hablan hoy los viejos referentes de este deporte, que representaron a nuestro país en justas mundiales y que son parte de un círculo muy exclusivo donde están por ejemplo el “Mágico” González, Salvador “El Gigante” Mariona, el “Loro” Castro, “Cariota” Barraza (Q.D.D.G), “El Pelé” Zapata y también el actual Presidente del INDES, Jaime Alberto “La Chelona” Rodríguez, que tiene esa ventaja ante otros dirigentes.

Nuestra obligación entonces debe ser siempre la de tratar de aportar lo mejor de nuestras ideas y conocimientos, ya sea como técnicos, periodistas, jugadores, árbitros o dirigentes y a sabiendas de que muchas veces enfrentaremos “enemistades” gratuitas, porque si nuestras intenciones son sinceras y honestas, obviamente estarán diametralmente opuestas a los intereses personales que imperan en este deporte.

Pero también debemos tener conciencia y sabiduría para aceptar los errores y reconocer que tampoco nuestro planteamiento, por muy técnico y científico que parezca, será siempre el más correcto, porque en lo único en que la ciencia del deporte nunca se equivoca es en que, cualquier método de trabajo que se utilice en una planificación técnica, siempre obtendrá buenos resultados, si se hace de manera periódica, coherente y ascendente.

Le decía a mi amigo Pedro Joaquín Valencia, el popular “Quino”, uno de los referentes en la lucha que existe por darle vida a la Asociación de Futbolistas de El Salvador (AFES), que como jugadores profesionales, que ya vivieron las penurias de un deporte del cual se han aprovechado muchos que nunca llegaron ni a liga B, que ellos tienen que asumir el “status” y la responsabilidad que les corresponde dentro del fútbol y por lo menos tienen que pronunciarse de manera institucional, sin temer a que un dirigente o amigo no los tome en cuenta por eso, como les paso con el ex jugador y ex presidente de la FESFUT, Reynaldo Vásquez, que ni los reconoció y ni tan siquiera les dio albergue.

“Quinacho” bien sabe que de todas formas, la mayoría de los actuales dirigentes del fútbol, mayormente los que nunca han jugado, no creen en lo nuestro y ven como problema a los ex jugadores, entrenadores y “periodistas no fieles”, como que si su carrera no dependiera de ellos y para desgracia de algunos de nosotros, tenemos un poquito de estas 3 cosas.

Lo mismo sucede con la Asociación de Entrenadores (AEFES), a quienes he dicho que es más grave para el fútbol nacional, la cobardía de no opinar por conveniencia y que las cosas sigan como están, que tratar de aportar, siempre y cuando estos planteamientos sean técnicos y despojados de señalamientos que tengan por objeto dañar a personas o instituciones en particular.

El Sr. Israel, aportará mucho más a nuestro fútbol, dedicándose totalmente a la selección mayor (por la que se le pedirán cuentas), para que obtenga los mejores resultados o incluso hasta para soñar con clasificaciones, que metiendo mano en las selecciones menores, lo cual ha sido un completo fracaso en naciones donde se presentó esa ilusión de un “gran técnico para todas las selecciones”.

Rubén no tiene la culpa de que le hayan asignado esas funciones de supervisión de selecciones menores, pero cualquier técnico cuscatleco que conozca de planificación, se dará cuenta que eso es pura publicidad y que lo mejor sería apostarle directamente a un gran proyecto que cambie por completo las estructuras técnicas, dirigenciales y administrativas del fútbol menor.

¿Qué podría aportar —por ejemplo— el nuevo entrenador al trabajo del Prof. Víctor Manuel Pacheco, de la Sub-17? Un nuevo método de entrenamiento. Quizá. Una forma diferente de valorar, detectar, seleccionar y desarrollar talentos de fútbol. Tal vez. Una supervisión de trabajo, que sea continua y permanente de cada macrociclo o unidad de entrenamiento, no lo creo, porque eso consume demasiado tiempo.

Por eso, en cada selección menor (Sub-13, 15, 17 y 20 ó 21), debe trabajar un especialista, apoyado por un Comité Técnico Especial para este tipo de procesos formativos, como sucede por ejemplo en Uruguay, de donde proviene nuestro seleccionador nacional.

Dicho Comité podría estar coordinado por un entrenador extranjero de gran jerarquía en el área de la formación (como abundan en España, Argentina o Uruguay), incluso bajo las órdenes de Rubén Israel, pero cada quien en su área específica de trabajo: la de la alta competencia y la formativa (selección de talentos).

Sería completamente ilógico para la ciencia de la pedagogía que el rector de la UES, Rufino Quezada, supervisará al director del Instituto Albert Camus, que está a la par.

Señores federativos: El problema de nuestro fútbol es de formación de entrenadores, de modernizar e incluir las diferentes ciencias auxiliares del deporte en el fútbol de base y de nuevos programas de enseñanza-aprendizaje del fútbol menor.

La mejor inversión sería además de eso, la incorporación de temas claves como la salud y nutrición al fútbol federado. Lo mejor sería aliarse con el INDES y con el MINED para adoptar al fútbol estudiantil y comunal como base del fútbol federado. Pero eso es en realidad lo que no se quiere enfrentar y cambiar.

Luis Ríos




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