Ecología del futbol
Particularidades que la conforman:
Ecosistema Dirigencial:
Este es un refugio para muchos especímenes, positivos y negativos. Algunos son verdaderos apóstoles deportivos (los menos).Otros llegan con fines mercantilistas para promover sus empresas y lograr alianzas y contactos locales e internacionales que les permita ampliar el rango comercial de su producto o empresa. También están los desplazados o “muertos políticamente”, que al perder las mieles del poder y de la figuración, usan al fútbol para crear imagen y aparecer en cuanto medio informativo puedan. O está aquel que quiera crear imagen política nueva y utiliza el trampolín deportivo. A todos estos los veremos luego en candidaturas a Diputado, en las campañas políticas o en puestos de gobierno.
Algunos dirigentes son solo corazón. Otros son fanáticos y son los que más daño causan a la ecología del Fútbol. Existen dirigentes con solvencia económica que como dijimos utilizan al fútbol para promover sus empresas.
Pero están los que se “guindan del fútbol” para sacar algún provecho económico particular, sea por devengar algún salario o por alguna otra forma; o están aquellos que usan este deporte para viajar gratis, para vivir la erótica de las fiestas y guareras, y para estar en ambientes donde reina la hipocresía y la salamería. Estos especímenes son de los más detestables; son verdaderos parásitos, pues esos viajes, fiestas y figuración, salvo excepciones, solo amparados al fútbol lo pueden lograr, de otra manera ni en sueños lo harían, menos gastando su propio dinero.
Ecosistema de los Medios Informativos de todo tipo:
Son los verdaderos Zares del Fútbol. Viven y hacen millones con el deporte. No conocemos un Director de programa deportivo pobre, salvo aquellos “calenturas deportivos” y que no trabajan profesionalmente. En los programas deportivos se critica todo, y salvo algunos que hacen valiosos aportes al deporte y la cultura, la mayoría no favorece al fútbol, pues se convierten en verdaderos terroristas del deporte y más bien generan analfabetismo en el ambiente. Por lo general los comentaristas deportivos creen tener la verdad; saben de todo y opinan de todo incluyendo aspectos técnicos específicos resortes de especialistas. Sin embargo, tienen el poder de elevar jugadores, equipos y dirigentes. Quitan y ponen con sus opiniones jugadores y entrenadores. Ellos hacen alineaciones y dicen cuándo es necesario un cambio. Los medios mueven las masas y hacen del fútbol el mejor negocio del mundo. En parte, con sus actitudes y acciones, son culpables de la contaminación que vive la ecología del fútbol. Por supuesto que existen comentaristas y profesionales serios , responsables, preparados, que no usan el micrófono como si fueran una especie depredadora. Separan el hígado y el corazón de la mente para que de la boca puedan salir palabras sensatas y racionales. Estas personas contribuyen a formar opinión y a educar a la gente en materia deportiva y de otras disciplinas. Pero los otros, los terroristas del micrófono, son los que le están causando un impacto dañino al fútbol y a la sociedad, porque la palabra en boca de incultos solo daños causa a la
Ecología del país.
Detrás o al lado de los comentaristas viven muchas rémoras o especímenes que se aprovechan de los espacios para dar a conocer su imagen. Cuando estos tienen calidad humana, son cultos y profesionales de valía, brindan un gran aporte a la cultura deportiva, le dan calidad, credibilidad y respeto a los programas. Pero cuando sucede lo contrario y los directores deportivos no controlan la situación, un programa se puede volver en un insulto a la inteligencia y convertirse en generadores de odios y discordias, y hasta atentar contra la paz social nacional. Por eso es bueno escuchar programas que hablen con la verdad y donde la crítica sea siempre constructiva, y donde los participantes respeten a los demás como ellos desearían que los respetaran.
Ecosistema de los Entrenadores y afines.
Son especímenes que pueden ser del nicho local o externo. Unos son verdaderos profesionales y pueden contribuir a la formación del jugador y de su familia. Otros resultan ser grandes charlatanes, que lo que buscan es el dinero fácil. En ocasiones a algunos los golpea la suerte y ganan partidos y todo les es de color rosa. Vinieron de la nada y de un pronto a otro son personaje a nivel nacional de un país, cosa que nunca lograrían en su país de origen, pues si fueran lo suficientemente buenos no estarían aquí. Algunos a veces se agrandan y hasta actúan con prepotencia. La soberbia los
envuelve. Esos son los que al cabo del tiempo caen y el golpe se lo llevan más duro. No existe solidaridad entre ellos, salvo raras excepciones. Más bien cada quien trata de “serruchar” al otro para tomar su lugar. Se da la lucha del más apto y más fuerte, como en la naturaleza, pero al revés. A todos les dicen profesores cuando no todos lo son en realidad. Un profesor es el que enseña y cultiva no solo el conocimiento deportivo del ramo, sino también el espíritu y la solidaridad entre sus alumnos. Algunos pueden ser entrenadores; pero no todos son profesores. Dentro de estos especímenes se da una muy alta rotación, lo cual no es bueno para el ecosistema. Eso, a veces, no es culpa de ellos, sino que se puede dar por la presión de los medios o de los fanáticos. Cuando eso pasa es una evidencia de una mala dirigencia que no actúa pensando en el largo plazo.
Ecosistema del Arbitraje y afines
En la jungla del fútbol solo especies con preparación, con personalidad y que inspiren respeto podrían servir como moderadores del espectáculo. La especie débil siempre muere, y si se deja erosiona genéticamente al resto de sus congéneres. Salvo excepciones el árbitro no tiene personalidad propia ni bien definida que infunda respeto en un campo de juego, aunque en ocasiones se llegue a equivocar. Lo que ha sucedido es que en el arbitraje los árboles de la sabiduría ya cayeron y no se han podido regenerar. El problema ha sido que han dejado ser árbitro al que quiere y no al que tenga capacidades naturales para ello. No es cualquier especie que está capacitada para arbitrar; que pueda abstraerse del mundo natural y no escuchar los alaridos de la selva presentes en un campo de juego. Un buen árbitro es una especie en vías de extinción. Habrá que aplicar la ingeniería genética o la clonación para rescatar el conocimiento y el respeto que imponían los árboles de la sabiduría arbitral.-
Ecosistema del Público y del Fanático
El fútbol es un espectáculo que necesita de las masas. Así ha sido siempre. Ellos son la razón de ser de un futbolista o equipo. Hay espectadores que viven y sufren por el fútbol, pero que son respetuosos de los resultados de una contienda y de sus rivales deportivos. Pero está el fanático, aquel que no actúa con el cerebro, sino con el hígado y el corazón (pero salvaje). A ese no le importa el espectáculo sino solo el triunfo a como dé lugar.
Puede ser una mansa paloma en su hogar o comunidad pero con el resto de animales da rienda suelta a sus instintos; se siente un valiente y bajo el anonimato de la muchedumbre insulta, hiere y daña al que se le ponga por delante. Lo grave es que entre la dirigencia existen fanáticos, como también los puede haber dentro de los medios informativos. El fanático puede estar dentro del cuerpo técnico de un equipo o aún dentro del arbitraje. El fanático no respeta condición social, profesional o económica. El fanático es un engendro de la naturaleza.
El fanático esté donde esté es el espécimen que más daño le está causando al fútbol en la actualidad. Pareciera que ha surgido a la par de problemas sociales y económicos que envuelve al país, los cuales se llevan a los estadios atentando contra el espectáculo, la integridad de obras físicas, y hasta la salud de las personas. El fanático le está propiciando un daño mortal al fútbol; es una especie que debe ser exterminada o reducida a la mínima expresión en los estadios. Si no se elimina puede llegar a convertirse en una especie dominante y, cuando esto suceda ya no tendría razón de ser del fútbol como espectáculo de masas. Estaríamos viendo el ocaso de este deporte o la degeneración del mismo. Porque… ¿para qué fútbol con sangre en las gradas, si habrá lágrimas de dolor en los hogares, y si existirá desesperación en las madres ?.
Ecosistema del Jugador
El jugador es el centro del espectáculo. Sin él no existiría el fútbol. El jugador deber ser profesional en toda la extensión del deporte, tanto dentro como fuera del campo. Por el poder de los medios su figura puede ser respetada, odiada o puede servir de ejemplo para los niños. De ahí su gran responsabilidad. Hoy el jugador es un objeto comercial .Hoy puede estar arriba, mañana abajo. Hoy es héroe, mañana villano. Pero como no está organizado, a pesar de que genera millones, puede, por lesión, por falta de planificación o por no haber sabido negociar, al final de su vida útil quedar en la miseria y sin expectativas para afrontar el futuro, salvo casos conocidos, el jugador de Costa Rica, quiere cobrar como profesional pero no actúa como tal en la cancha o fuera de ellas. Por eso en su ocaso la noche le llegará más temprano y le será muy terrible afrontar la realidad y el mundo de la “llanura”. Ya no saldrá en TV ni en periódicos, ya no lo entrevistarán ni será importante; ya no le darán palmaditas en la espalda, ya no lo invitarán a fiestas ni comidas gratis; ya no tendrá los “amigos “ que creía tener .Por arte de magia los verá desaparecer. Si no se preparó, no ahorró, y no estudió, su entorno será un caos mental, social y económico. Especies con este tipo de problemas sobran en el medio futbolero local.
Conclusión
El deporte del fútbol en esencia es un deporte bueno y sano. Pero estos aspectos de su ecología que hemos reseñado opacan lo positivo del mismo -. El fútbol debe llegar a brindar armonía con otros ecosistemas de la ecología de Costa Rica, como el social y económico. Solo con medidas correctivas heroicas y oportunas, que pasan por la depuración y descontaminación de los ecosistemas analizados, puede el fútbol lograr un verdadero desarrollo sostenible, que lo lleve a la élite mundial. El éxito que pueda alcanzar el fútbol en este siglo que se inició dependerá de la armonía, del respeto, y de la sabiduría que debe haber en cada uno de los ecosistemas analizados.
(Tomando como ejemplo el estado ecológico del fútbol de Costa Rica porque hay que conocer algunas particularidades de las interrelaciones que se tienen en los distintos ecosistemas que lo conforman. Veamos si algunas de éstas son similares en otros países de la región.)
De conversaciones con Neto Rivas (250510)
Por Alexander Bonilla D.
Recopilado por SR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario