Muchos años transcurrieron para que Héctor Palomo Sol, fundador del proyecto futbolístico de la Asociación Deportiva El Tránsito (ADET), volviera a estar en un evento deportivo, porque este insigne salvadoreño se retiró del medio muy debilitado por la lucha que tuvo cuando se enfrentó con las “armas del saber y la buena fe”, al poderoso y nefasto sistema que maniobra al deporte con los instrumentos económicos y políticos que se imponen en este país.
Palomo Sol quiso hacer las cosas diferentes para cambiar la imagen del deporte más popular de El Salvador, pero fracasó porque nunca se rodeo de gente que le comprara votos o que a cambio de dádivas y compromisos políticos o económicos le abriera paso, como cuando quiso ser presidente de la Federación de Fútbol con un proyecto en el cual trabajó durante muchos años, pero perdió “extrañamente” frente a un contendiente que no tenía planes, con un margen de de 27 votos a 3.
Este sábado 10 de diciembre, tuve el honor de compartir el homenaje que la nueva Escuela de Fútbol ADET-USA, hizo a Palomo Sol, en el Estadio Cuscatlán, en un precioso y nostálgico acto, al cual asistieron personalidades del deporte nacional y ex jugadores que se formaron en el proyecto de la Asociación Deportiva El Tránsito (ADET).
Asimismo se reconoció la labor de personas que en diferentes áreas apoyaron esta obra deportiva, cuya filosofía añade al deporte, otras áreas del desarrollo humano como la educación, la salud y el fortalecimiento espiritual, para buscar la formación integral del joven como persona útil a la sociedad, lo cual le servir para toda la vida.
Porque como dijo palomo Sol ese día: “Ganar campeonatos es importante. Pero eso se olvida en una semana. Ganar la formación de nuestros jóvenes perdura toda una vida”. En este momento crítico de la historia patria, que se está escribiendo con la sangre de nuestros jóvenes, vemos cuán importante era la visión de Palomo Sol hace más de 30 años.
Pero cuanto más homenajeado me sentí yo, cuando este gran hombre a quien el destacado periodista Orlando Canjura Urrutia, maestro de ceremonias ubicó en el podio de “un prócer de El Salvador”, me dijo “tú fuiste el primer periodista y defensor que tuvo nuestra Asociación”.
El evento fue organizado por la Escuela de ADET-USA, un proyecto que intentará renacer los ideales y sueños que tuvo Palomo Sol, cuando fundó este proyecto allá por la década de los años 70´ y que trabajará en los Estados Unidos bajo la coordinación de Frank Alcántara, con el apoyo de Will Peñate, “El Pato” Valencia y otros jugadores que fueron estrellas en el fútbol nacional.
En la capital de El Salvador ya está laborando en la Colonia Miramonte, bajo la coordinación de Víctor Manuel Pacheco.
Desde entonces, muchas personas que estuvimos en ese bello “proyecto de vida” venimos luchando y proponiendo este cambio en el los sistemas de formación deportiva de los niños de El Salvador, pero lo inverosímil de este caso es que, también desde entonces, los dirigentes y funcionarios deportivos, los presidentes de ligas y equipos de fútbol, lo reconocen, “lo apoyan” y lo estimulan, pero sencillamente no lo hacen.
¿Por qué no lo hacen?, nos preguntamos ese día con el licenciado Moisés Ramírez, que fue parte de ese proyecto ADET y ahora es presidente de la Comisión de Asociaciones Departamentales de Futbol Aficionado (CONADFAS), que lógicamente fuera la más interesada en revivir una filosofía deportiva como esta.
Llegamos a la conclusión que todo se resume en 3 palabras: “Ignorancia, incapacidad y comodidad”.
Pero no. No es simplemente eso. Son intereses personales. Es ambición económica y de poder. Es falta de valores cristianos y morales, debido a una escasa formación espiritual y convicción divina para comprender cuan “ricos y poderosos” podemos ser cuando ayudamos a los niños y jóvenes menos protegidos de nuestra sociedad.
Con el Lic. Ramírez hemos trabajado en un “Programa de Desarrollo Técnico- Administrativo del Fútbol Menor”, que tiene está visión del proyecto de ADET, pero que además cuenta con los ingredientes modernos del “desarrollo del fútbol” que pregona FIFA, que en esencia son los mismos que promovimos con los “venaditos” del ADET hace 3 décadas.
Pero como me dice este abogado que tiene años de luchar en el fútbol menor: “tengo serias dudas que se quiera ponderar el trabajo del balompié infanto-juvenil dentro de un programa federativo, donde obviamente las prioridades son las selecciones nacionales y el fútbol mayor. Sin embargo, no pierdo la fe y la esperanza”, sostiene Ramírez.
Nosotros sabemos perfectamente que no va a ser fácil cambiar el patrón de conducta de los dirigentes del fútbol nacional, porque para ello se necesitarán cualquiera de estas 3 opciones:
1.- Que tomen la batuta los pocos dirigentes que están compenetrados de esta situación, lo cual no es posible porque están en desventaja de 5 contra 100.
2.- Que se capaciten a todos ellos por obligación en temas como “Administración Deportiva” y “Procesos Sistemáticos de Desarrollo del Fútbol” y se depuren en base a exámenes que los califiquen, lo cual tampoco es posible, porque son mayoría los que no apoyarían esta “imposición” y
3.- Que el tiempo y las circunstancias obliguen a crear espacios para nuevos dirigentes que tengan la visión de apoyarse en la ciencia y en profesionales de las diversas área del deporte para dirigir sus administraciones para cambiar todo este anti-sistema técnico y administrativo que no permite avanzar a esta actividad, lo cual es más factible, pero quien sabe cuándo.
Dentro de eso lúgubre y sombrío panorama nace la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA), cuyo Presidente Jorge Bahaia, se unió a ese homenaje y expresó que “nuestro proyecto se identifica plenamente con la filosofía de ADET y con nuestro trabajo también homenajeamos a don Héctor”.
Sin embargo, Jorgito sabe perfectamente que el camino no es fácil, porque como le dijo Palomo Sol en su mensaje que “gracias a Dios FESA también quiere hacer algo diferente y desea ayudar”, pero le recordó que “para este tipo de iniciativas no hay apoyo gubernamental ni deportivo”.
Eduardo Palomo, Presidente del COES, me dijo al respecto, que para que estos proyecto puedan triunfar es necesario que haya en los centros educativos del país “una educación física permanente y obligatoria”, lo cual tampoco es posible dadas las percepciones que sobre la calidad educativa tiene el Ministerio de Educación.
Los presidentes de equipos profesionales y de ligas; algunos alcaldes que los patrocinan y la mayor parte de funcionarios y peor aún de muchos técnicos y periodistas, ven que se puede ganar un torneo sin procesos, que se puede ir a un mundial sin planificación y que se sube de categoría sin necesidad de “tanta paja” teórica, por lo que para ese tipo de gente es más fácil “trabajar” haciendo recogida de jugadores, con un técnico extranjero o que haya jugado en liga mayor, lo cual es suficiente para triunfar en el fútbol nacional. Pero como me dice el ingeniero Carlos Rivera, ex jugador profesional y ahora jefe administrativo del centro deportivo El Cafetalón, de Santa tecla “El problema es cuando competimos afuera. Localmente seguimos creyendo que ganamos grandes torneos, pero afuera vemos la realidad de nuestro fútbol”.
Dentro de eso lúgubre y sombrío panorama nace la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA), cuyo Presidente Jorge Bahaia, se unió a ese homenaje y expresó que “nuestro proyecto se identifica plenamente con la filosofía de ADET y con nuestro trabajo también homenajeamos a don Héctor”.
Sin embargo, Jorgito sabe perfectamente que el camino no es fácil, porque como le dijo Palomo Sol en su mensaje que “gracias a Dios FESA también quiere hacer algo diferente y desea ayudar”, pero le recordó que “para este tipo de iniciativas no hay apoyo gubernamental ni deportivo”.
Eduardo Palomo, Presidente del COES, me dijo al respecto, que para que estos proyecto puedan triunfar es necesario que haya en los centros educativos del país “una educación física permanente y obligatoria”, lo cual tampoco es posible dadas las percepciones que sobre la calidad educativa tiene el Ministerio de Educación.
Los presidentes de equipos profesionales y de ligas; algunos alcaldes que los patrocinan y la mayor parte de funcionarios y peor aún de muchos técnicos y periodistas, ven que se puede ganar un torneo sin procesos, que se puede ir a un mundial sin planificación y que se sube de categoría sin necesidad de “tanta paja” teórica, por lo que para ese tipo de gente es más fácil “trabajar” haciendo recogida de jugadores, con un técnico extranjero o que haya jugado en liga mayor, lo cual es suficiente para triunfar en el fútbol nacional. Pero como me dice el ingeniero Carlos Rivera, ex jugador profesional y ahora jefe administrativo del centro deportivo El Cafetalón, de Santa tecla “El problema es cuando competimos afuera. Localmente seguimos creyendo que ganamos grandes torneos, pero afuera vemos la realidad de nuestro fútbol”.
Luis Ríos.
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